Estos últimos días, como ya sabéis, los hemos pasado en Kara. Kara es una ciudad al norte de Togo a unas 7 horas de Lomé con una carretera muy parecida a un camino de cabras, en la que encima nos cobraban por pasar.
Allí hemos estado conociendo la obra salesiana que es sin duda la más amplia y completa que existe en este país. Además de parroquia tiene un "foyer" o casa de acogida para chavales de la calle, centro de formación profesional, colegio y dispensario. Tuvimos la oportunidad de ver todo el funcionamiento de primera mano y además el conocer un tipo de localidad diferente a Lomé, mucho mas "africana" (gente que viven en chozas en el campo y muy muy acogedora)
Junto con Guillermo, estuvimos visitando las comunidades de las que se encargan o encargaban los salesianos. En una de estas visitas entramos clandestinamente en Benin (país vecino de Togo) sin necesidad de que nos pidiesen el pasaporte y sin encontrar ningún impedimento.
Pudimos coincidir allí también con nuestros amigos de Cádiz que están haciendo una experiencia de un mes en Kara, realizando actividades con los niños del foyer por la tarde y por la mañana realizando obras varias. Ha sido una alegría el poder encontrarnos con ellos y compartir experiencias porque nos dimos cuenta de que al fin y al cabo estábamos viviendo lo mismo. A ellos todavía les queda una semana de trabajo.
Nuestra visita a Kara, como muchas de las cosas vividas, no se nos olvidará sobre todo por la apertura y la acogida que nos dieron tanto los salesianos como los habitantes de Kara.